jueves, 21 de junio de 2007

Latingothic

Aunque este movimiento es originario del continente europeo, la esencia oscura demuestra en nuestro territorio que es más que una transculturización como se le suele acusar. En territorio hispano, el movimiento gótico se halla arraigado más que en lenguas y razas, en cultura e historia. Desde los antiguos amantes de lo oscuro y la muerte en Mexico, pasando por tradiciones místicas propias del Sur, el movimiento se enrraizo tomando sus propias aptitudes latinas...


En un viejo barrio de Buenos Aires, una de las tribus urbanas más nuevas comienza a hacer lo suyo. Los chicos –hay de 17 años para arriba- y no tan chicos no actúan, son así. Algunos lo eran sin saberlo antes de que el gótico apareciese en sus vidas. La imagen remonta a otros tiempos, a los 80, cuando Buenos Aires era la ciudad de la furia y brotaban tribus y culturas nuevas a cada instante, tras años de represión.

A mediados de los 80 lo gótico tuvo en muchos jóvenes argentinos una fuerte influencia en la estética que podía verse por las calles. Ropa negra, maquillaje blanco hasta la palidez, ojos delineados unisex y un grupo musical de referencia: The Cure. Todos querían ser Robert Smith y para eso se juntaban en sitios oscuros o penumbrosos, no había ningún misterio en dar con esos personajes que hacían un culto de lo depresivo y lo dark en aquellos tiempos. Incluso, en templos como Cemento, El Parakultural o en Babilonia, lo que más sonaba era Bauhaus, banda que reinvidica por completo la oscuridad, lo dark. Muchos se pegaron esa estética en sus cuerpos. Lo que no sabían era que eran góticos.

Lo góticos argentinos tienen bandas de música, sitios de internet y hasta un programa de radio. Entre las bandas se destacan Crucifix, que además tiene su página de internet y Carnarium cuya página está en construcción pero que dispone de data y mp3. El programa –centro además de lo que ocurre en el mundo gótico porteño- se llama Testigos del Crepúsculo y desde hace cinco años se emite por la FM La tribu. Conjuntamente con su versión española emitida por Radio Vallekas, se encargan de acortar distancias entre los dos continentes. Es que los conductores europeos fueron los creadores del ciclo local, aún en el aire. Ellos, también organizan los rituales del crepúsculo donde los habitantes de la ciudad gótica escuchan su música y charlan sobre los temas más depresivos.

La generación de la depresión es tildada en la calle con facilidad: a ellos los llaman homosexuales y a ellas Morticias; fue despojada de su mejor escenario, El Circo Volador. Pero, con todo y el terror social, la cultura gótica gana terreno en la literatura mexicana.Los jóvenes de este movimiento están apasionados por la inmortalidad y hartos de la violencia cotidiana, que crece a diario en la capital mexicana. A través de la música buscan escapar del mundo moderno que ha perdido su brillo y por eso mejor prefieren, como Miquiztli, “vivir como moradores de la oscuridad”.